Nueva Conciencia Homo Sapiens Escalator

Estuve escalando cuatro días en Margelef (Tarragona), entre los días 15 y 19 de abril. Acampamos en el lugar acondicionado para la acampada libre que hay justo debajo del embalse. Está acondicionado con barbacoas y alguna que otra pila con grifo para fregar los cacharros, remojarse la cara y los sobacos. Como ya sabréis, en cuanto a calidad de los sectores, roca y vías, no hay nada que objetar, en general es una escalada bastante bonita y técnica sobre conglomerado gris con bastante caliza, bolos medianos, en la que predominan los agujeros de todos los tamaños, monodedos, bidedos, tridedos, cuatridedos, etc. En cuanto al grado, eso de que en Margalef está barato el grado, depende del sector donde vayamos y de la antigüedad de la ruta. Para mi sorpresa, me llevé una gran desilusión y tristeza, pues en el paisaje de todos los sectores cercanos a la zona de acampada libre, ha surgido una nueva especie introducida por el ser humano en concreto, el Homo Sapiens Escalador. Me refiero al clínex y papel higiénico acompañado del consiguiente detritus, que abunda en los alrededores de la zona de acampada y que aunque va disminuyendo a medida que nos alejamos del aparcamiento hacia los sectores, los podemos encontrar esparcidos a lo largo de todo el valle del embalse diseminados por el viento, como si fuera una variedad de polen basureo. SEÑORES Y SEÑORAS ESCALADORES, ESTO ES UNA VERDADERA VERGÜENZA Y UNA MARRANADA. De seguir la proliferación de esta especie, se puede convertir en un grabe problema para el ecosistema, con las consiguientes prohibiciones futuras para la escalada, y con razón, por parte de la administración . ¿SOLUCIONES?: - La primera solución es personal e individual, es la más barata, la más eficaz y la más importante, pues afectaría de manera muy positiva a otras zonas de escalada: Una vez que hemos cagado o hemos meado, nos limpiamos el culo o el chumino con el papel higiénico o clínex, lo envolvemos en papel higiénico limpio, clínex limpio o toallita húmeda limpia y lo introducimos en nuestra bolsa de basura. Nos llevamos nuestra propia basura, no dejamos ninguna huella artificial de nuestras necesidades y así no dejamos basura acumulada en las pequeñas papeleras. Sería conveniente echar tierra o alguna piedra encima de los detritus, para que acelere la descomposición, se reduzca el impacto visual y disminuya el olor. - La segunda solución, algo más cara, pero que podría generar tanto recursos económicos para el pueblo de Margalef, como algún que otro puesto de trabajo . Esto debería ser extensible a todos los ayuntamientos al menos de Zonas de las zonas de Escalada de primer orden.                       ¿CÓMO?:   El Ayuntamiento, con la consiguiente ayuda económica de la Administración oportuna, podría:   1.- Acondicionar una zona de acampada con algunos servicios mínimos, como pilas para coger agua y lavar, y sobre todo servicios para hacer nuestras necesidades y recogida de basuras, con el consiguiente pago por parte de los escaladores de una pequeña cantidad por día y persona, que no perjudique demasiado los precarios bolsillos de los escaladores, pero que sirva para cubrir los gastos de mantenimiento de dicha zona de acampada. Yo creo que si podemos sufragarnos furgonetas de 24.000 euros de media, podemos pagar dos o tres euros por día y persona para que predomine el sentido común. 2.- Los equipadores locales deberían ser los primeros en pedir y proponer a sus administraciones conciencia de esto. Tambien creo que se debería tener menos “ansia viva” y destinar una pequeña cantidad de dinero para señalizar las zonas con normas o iniciativas como plantar un árbol autóctono por ejemplo por cada X numero vías equipadas. Que se yo, todo el mundo puede aportar ideas…lo que no podemos permitir es seguir quejándonos y no mover ficha.     CONCLUSIONES:   Esto es una labor de todos. Los ayuntamientos no se implican porque no son conscientes de lo que la escalada y los escaladores aportan a sus municipios, hablando sobre todo de escuelas de escalada de primer nivel y algunas de segundo.   Si los escaladores seguimos sin mover ficha, los ayuntamientos se limitaran a ir prohibiendo la escalada.   Si los escaladores no nos hacemos valer y respetar (lo cual se conseguiría con implicación y educación)… y si las prohibiciones se empiezan suceder perderemos todos (como siempre), los municipios y los escaladores.       Braulio y David, Club de Montaña las Cabreras