Niños, escalada, educación y futuro

  Los niños de hoy, son los futuros escaladores de mañana. Futuros equipadores. Futuros cotadores. Ellos decidirán sobre la ética y la evolución de nuestra disciplina. Es fundamental para la salud de nuestro deporte, que éstos niños sean adultos sanos, sensatos y equilibrados. Las bases de una educación que premia el respeto hacia el medio ambiente, la inquietud por la superación de uno mismo y la realización personal por medio del esfuerzo, serán la guía, que definirá su percepción del mundo y la sociedad en la que viven y por defecto la calidad de las futuras zonas de escalada. Con nuestro deporte los niños aprenden buenos hábitos, pero, ¿Qué les enseña la TV y en concreto la programación infantil? Repasemos una animación al azar. Bob Esponja. “Vive en una piña debajo del mar” dice la careta que presenta ésta animación. Vamos a analizar el mensaje de fondo: una esponja viviendo en una piña. Que los pitufos vivan en los champiñones puede parecer fantasioso, aunque creíble hasta cierto punto, pero una esponja en una piña… No es fácil encontrarle una relación o explicación lógica. A un niño, esto solo le puede causar confusión. Todos los niños saben que las esponjas flotan. Los niños juegan con las esponjas en sus baños matutinos, y observan como ésta se empeña en salir a la superficie cuando la sumergen en el fondo de la bañera. ¿Cómo hace Bob para ir a su casita? Lucha contra su propia singularidad. Y cuando por fin llega exhausto a su casa, debe aceptar que dormirá pegado al techo. Y cuando quiera salir a dar una vuelta por el barrio para disfrutar de su tiempo de ocio con sus amiguitos, deberá aceptar que su propia flotabilidad se empeñará en llevarlo a la superficie, porque un mal día unos cretinos desalmados la arrancaron de las rocas. Bob. Una esponja silvestre, que la industria de la cosmética se encargó de llevarla a la superficie arrancándola de raíz de las rocas que la sustentaban y la protegían de las inclemencias marinas, para esculpirla en una forma cúbica y fría, despojándola del perfil único que le daba personalidad: su propia forma amorfa.   Bob fue abducido de su hábitat para crearle necesidades y proporcionarle después una vivienda, para la que deberá luchar incansable si quiere tener acceso. Esto solo puede causar un alto nivel de estrés y ansiedad a los niños. ¿Qué ve este niño cuando mira a mamá y papá, padeciendo el agotamiento de una dura jornada laboral? ¡A dos Bobs esponjas, sin duda! ¿Qué autoridad puede tener una esponja que “…su cuerpo esponjoso absorbe agua sin más” y que vive en una p**a piña de m**rda en las profundidades marinas? Ninguna. Los niños, confundidos, cargados de odio, estrés y mala ostia, son los que decidirán dónde y a que distancia colocaran los seguros de las vías del futuro. Ésta es, mi humilde y profunda reflexión antes de irme de vacaciones.   Buenas tardes. La expresión facial que suele mostrar este personaje de ficción, es como poco, preocupante: su mirada denota cierto nivel de alienación y su rictus forzado un alto grado de ansiedad.